Jornada histórica vivida en la tarde de ayer Miércoles Santo y es que, tras 1.092 días desde la última vez, allá por 2019, las puertas del templo se volvían a abrir para que hiciéramos Estación de Penitencia.

En el ecuador de nuestra Semana Santa, salía a las calles nuestra Hermandad para inundar las calles de El Puerto de una gran marea azul, acompañando a nuestros Titulares, y caracterizado por el buen hacer, compostura y esplendor de esta nuestra cofradía, así como la riqueza patrimonial y humana que nos caracteriza.

El reloj marcaba las siete y media de la tarde, y tras la venia solicitada minutos antes al delegado de día del Consejo de HH. y CC. y una oración dirigida por nuestro Director Espiritual D. Antonio S. Sabido Salguero, se abrían las puertas para que la Cruz de Guía marcara el camino por las calles de El Puerto. Una Cruz de Guía que de no haber sido por la pandemia hubiéramos estrenado en el año 2.020. La misma ha sido realizada en los talleres de Villarreal de Sevilla.

A los pocos minutos el Paso de Misterio cruzaba el dintel de la Basílica, ante un público que abarrotaba la plaza de España ansiosos, después de dos años, de poder ver al Señor Orante del Huerto procesionar por las calles de El Puerto, acompañado afortunada y majestuosamente con los sones musicales de la Agrupación Musical Virgen de los Reyes que cuajó espléndidamente con la cuadrilla del Señor.

No se hizo de esperar y, María Santísima de Gracia y Esperanza recorrería las calles de nuestra Ciudad llenando El Puerto de oraciones y esperanzas, en estos momentos que tanta falta nos hace. Uno de los momentos culmines sería cuando la Señora llegó a la Plaza de la Cárcel, donde fue recibida con una lluvia de pétalos donados por el grupo joven de nuestra Hermandad.

Otro de los estrenos de este Miércoles Santo, es la Bandera Mariana donada por la familia Cristóbal Rodríguez ya que durante muchos años han sido portadores de ella, y que ha sido bordada por nuestra Hermana Magdalena Marfil.

Desde estas líneas, queremos agradecer a todos nuestros hermanos nazarenos y a todos nuestros colaboradores por el ejemplo digno, compostura y de evangelización que esta Hermandad transmitió en las calles. A los equipos de capataces y a nuestras cuadrillas de costaleros por el trabajo y el ejemplo de seriedad y responsabilidad que transmitieron, sin olvidarnos del magnífico acompañamiento de la Agrupación Musical Virgen de los Reyes y la Banda de Nuestra Señora de las Mercedes, que hicieron del paso de nuestra cofradía fuera un deleite con sus sones musicales.