Nuestro Señor Jesucristo orando en el huerto

Jesús, arrodillado, extiende los brazos en señal de entrega y en actitud clamatoria inclina la cabeza hacia atrás, eleva el rostro dirigiendo la mirada al Padre y mantiene brazos y manos abiertos y suplicantes.

Al ser imagen de candelero, únicamente tiene tallados la cabeza (coronada con potencias realizadas en plata de ley sobredorada en el taller de Lorenzo Jiménez Rueda en el año 1972), el cuello, las manos y los pies. Una túnica cubre el resto del cuerpo. Las facciones y el tratamiento de cabello y barba guardan concomitancias con las formas naturalistas derivadas de la imaginería barroca andaluza. De su boca abierta parecen salir las palabras: “Padre mío, si es posible que pase lejos de mí este cáliz, pero no se haga mi voluntad sino la tuya”.

También ha reflejado el autor la tensión psíquica en el rostro, con una expresión que mezcla sufrimiento y ofrecimiento en esa mirada anhelante, elevada y fija, y la hematidrosis (sudor de sangre en frente y cuello).

 

Esta imagen salió de la gubia de D. Francisco Pinto Berraquero, prolífico escultor nacido en 1924 y fallecido el día 7 de Abril de 2004, Miércoles Santo curiosamente, cuyos principales trabajos se encuentran en su ciudad natal, Jerez de la Frontera. Incorpora a la imaginería un sello más localista, menos sevillano, más o menos atractivo pero siempre peculiar. Estudió Bellas Artes, fue profesor de Dibujo y se fue formando junto a su padre, Lutgardo Pinto, tallista y escultor jerezano.

A él se deben, entre otras imágenes procesionales, el Nazareno de las Misericordias y la Verónica de la cofradía de la Candelaria, el Cristo del Perdón, la Virgen del Patrocinio y los sayones del paso de la Exaltación, todas en Jerez.

En nuestra ciudad talló también el primer ángel confortador de nuestro paso de Misterio, así como la primitiva dolorosa de nuestra Hermandad, el Cireneo de la Hermandad de los Afligidos y los sayones del paso de Misterio de la Hermandad de la Flagelación.

La imagen de Nuestro Señor Jesucristo orando en el huerto fue bendecida en el año 1961 por Monseñor Jose María Cirarda Lachiondo, obispo auxiliar del Cardenal Bueno Monreal en Sevilla, con residencia en Jerez de la Frontera.

En 1990 el Señor sufrió una restauración por parte del restaurador y hermano de nuestra Hermandad D. Enrique Ortega Ortega, consistiendo ésta en una limpieza a fondo de la policromía de la imagen.