A las 12 del medio día, y con el rezo del Ángelus por parte del Asistente Eclesiástico del Consejo Local HH. y CC.; D. Antonio Olmo Civantos, se comenzó en el espacio escénico, Teatro Municipal Pedro Muñoz Seca, el acto del pregón de la Semana Mayor de El Puerto de Santa María.

Pregón                               Luís Ortega Fernandez, fue la persona elegida por el pregonero para su presentación, quien realizó una deliciosa exaltación, de quien fuera su maestro primero, y que luego con el tiempo ese maestro, se convertiría en su amigo, el ya conocido por todos Juan Villareal Pandero.

                               Juan Villareal, comenzó su pregón recordando y relatando, con melancolía cuando pregonó por primera vez la Semana Santa Portuense, hace ahora veintiún años. Recordando así a las personas que ya no se encuentran entre nosotros, y que seguro que ayer lo acompañaba en su pregonar desde el “Palco de la Gloría”, recordó en especial a dos personas que le marcaron mucho en su vida, el que fuera Obispo de nuestra Diócesis Rafael Bellido, y el que fuera Párroco de San Marcos, D. Ramón González Montaño.

                               El pregonero hizo un llamamiento a la solidaridad, hacia los que no tienen que llevarse a la boca, a lo miles de parados, a la crisis en la que estamos inmersos. Continuaba su pregonar, evocando a las madres que luchan por sus hijos, para sacarlos a delante. Y como la mujer jugaba un papel importante en este pregón, no tuvo más remedio que recordar a su madre fallecida hace unos meses, dedicándole unos conmovedores y enternecedores versos, que hicieron romper el aplauso de los cofrades.
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                               Un pregón emotivo, cristiano, evangelizador y totalmente Mariano, ya que Villareal, fue narrando el papel que jugó la madre de todas las madres, La Virgen María, en la pasión, muerte y resurrección de Jesús, a través de la prosa y el verso, y siempre teniendo como pauta el Evangelio, la Palabra de Dios.

                               Finalizaba el pregonero, rezando la oración más rezada por todos los Cristianos, el Padre Nuestro, el mismo que utilizó en su primer pregón. Juan Villareal, se despedía de todos los cofrades, dando la noticia de que éste sería su último pregón, para así poder dar pasos a las nuevas generaciones.

 

Fotografías: Diario de Cádiz