El salón de actos de nuestra Casa de Hermandad, acogió el pasado sábado 7 de marzo, otra de las charlas de formación planificada por la Junta de Gobierno para este curso cofrade, enfocada para a los Hermanos Costaleros. En esta ocasión fue una charla coloquio que corrió a cargo del Capataz del paso de  Nuestro Padre Jesús de la Salud, de la Hermandad de «Los Gitanos», de la capital hispalense, D. Juan Manuel Martín Núñez.
        El acto comenzaba con una introducción, por parte del presentador y moderador de este acto, D. Emilio Trigo Naranjo, periodista taurino y contraguía de dicho paso, el cual realizó una pequeña biografía de Juan Manuel. 
        Acto seguido, se llego a una distendida tertulia, con preguntas que se iban alternando, por parte del moderador y de los allí presentes, que abarrotaron el Salón. Juanma, como es conocido este capataz, nos hablo de como fueron sus comienzos en el mundo del martillo, ya que desde pequeño y junto a su Padre, su gran maestro, se ponía con gran entusiasmo delante de un paso. Entre otras muchas más cosas y siempre desde su experiencia,  sabiduría y por su puesto desde su punto de vista, nos contó su opinión de cómo ser un buen capataz, de lo esencial que es para un costalero el hacerse bien su ropa de trabajo, de lo primordial que es para el capataz el hacer una buena iguala. Pero lo que quiso dejar claro, en cada una de sus intervenciones, es que para hacer un buen trabajo ya sea delante o debajo de un paso, son los sentimientos que salen del corazón hacia nuestros queridos Titulares.
        Concluida esta charla, el Hermano Mayor, en representación de la Junta de Gobierno, hizo entrega de un cuadro a cada uno de los tertulianos, con las imágenes de nuestros Titulares, en señal de agradecimiento y generosidad, por la colaboración para con esta Hermandad, y como recuerdo de dicho acto.

        Tras agasajarles con un aperitivo en el bar de nuestra Casa, nos desplazamos a las calles peatonales de nuestra Ciudad, en las que se encontraban ensayando nuestros dos pasos, y donde tanto los capataces del paso de Palio como los del Misterio le ofrecieron, a Juan Manuel Martín, sus llamadores para ordenar una levantá.